La Energía Oscura
En la anterior entrada habíamos estado
hablando de la materia oscura, y os prometí que en la siguiente
hablaría de la energía oscura. Han pasado ya meses, y,
lamentablemente, no he tenido tiempo para publicar nada nuevo. Ahora
que vuelvo a tener tiempo, voy a voler a retomar el blog donde lo
dejé. Así que, como decía Fray Luís de León, decíamos
ayer...
La Energía Oscura es una forma de
materia o de energía (ambas son equivalentes a través de la
ecuación de Einstein) que representa el 70% de la masa-energía
total del universo. Esta energía oscura se caracteriza por producir
una presión que acelera la expansión del universo, dando como
resultado una gravedad repulsiva.
El concepto de una magnitud que actúa
como contrapeso de la gravedad no es del todo original. Cuando
Einstein postuló su teoría de la relatividad, decidió introducir
una modificación a sus ecuaciones para contrarrestar la fuerza de la
gravedad (que haría que el universo se contrajese) y conseguir así
un universo estático, que se adecuase a la idea (o prejuicios) que
del universo se tenían en aquel entonces. El propio Einstein
desecharía más tarde esta idea cuando, en 1929, Hubbel descubrió
el corrimiento al rojo (un fenómeno de índole relativista, basado
en el llamado efecto Dopler, que se puede resumir diciendo que la
frecuencia de la radiación que emite un objeto depende de su
velocidad con respecto al observador, y, en el caso particular del
corrimiento al rojo, que cuando un objeto se aleja de nosotros a gran
velocidad, vemos su luz más roja de lo que realmente es). El
corrimiento al rojo de la luz emitida por los astros implicaba que
estos (todos a la vez) se estaban alejando a gran velocidad de la
tierra. La única hipótesis coherente con estos datos era la de que
el universo se estaba expandiendo, y, por tanto, no era estático
como Einstein pensaba.
La existencia de la energía oscura fue
postulada para explicar un dato realmente curioso que se obtenía al
medir la velocidad de expansión del universo. Lo lógico, sería
pensar que, una vez ocurrido el Big Bang, el universo seguiría
expandiéndose por la acción de éste, pero, como en cualquier
explosión, su efecto iría disminuyendo. Las mediciones
experimentales llevaron a una conclusión completamente contraria: el
universo se está expandiendo cada vez más rápido. Fue entonces
cuando los físicos teóricos decidieron retomar la vieja idea de
Einstein de que podía existir algo que actuase de “gravedad
negativa” y fue entonces cuando plantearon la existencia de la
Energía Oscura. Los físicos describen el efecto repulsivo de la
energía oscura como una presión negativa. ¿Y qué es eso de la
presión negativa? Agárrense a los sillones, por que lo que voy a
contar ahora es, cuanto menos, complicado de asumir. Cuando
introducimos un gas en una botella, éste ejerce un efecto sobre las
paredes del recipiente, que tiende a expandirlas. Si la presión en
el exterior de la botella iguala a la presión en el interior, la
forma de la botella queda inalterada. En cambio, si la presión en el
interior de la botella es mayor que en el exterior, la botella
explota, y si la presión en el exterior es mayor que en el interior,
la botella se deforma contrayéndose. Pues bien, la presión negativa
hace justo lo contrario, es decir, cuando introducimos presión
negativa en el interior de una botella, ésta se contrae. De acuerdo
con la Relatividad General, la presión de un cuerpo contribuye a la
acción gravitacional de éste sobre otros, al igual que lo hace su
masa. Así, la energía oscura, al ejercer una presión negativa y,
por tanto, contraria a la que generan el resto de las substancias,
genera un efecto gravitacional contrario al que generan el resto de
las substancias, es decir, una gravedad repulsiva.
El descubrimiento de la energía oscura
ha tenido un enorme impacto en Astronomía. Ha permitido recalcular
la edad del universo (la edad calculada antes de conocer la energía
oscura daba como resultado que algunas estrellas fueran más antiguas
que el propio universo, resultado del todo ilógico). También ha
servido para arrojar algunas luces en cuanto al posible destino del
universo aunque, en modo alguno, ha servido para decidir ente alguno
de los muchos modelos postulados para el fin del universo.
Etiquetas: astrofísica, Física