miércoles, 17 de agosto de 2011

Hielo en la Sangre

Nota: Este es un texto que escribí hace ya casi un año, pero en aquel entonces no tenía este blog para publicarlo. Por eso no os extrañéis si digo que Arnold Schwarzenegger es gobernador de California (ya sé que ya no lo es), o si encontráis algún otro anacronismo.



Todos hemos oído expresiones como “tener hielo en las venas” o “tener la sangre helada”. Hoy yo la he oído en sentido literal. Lógicamente, se trataba de un personaje de ciencia ficción (si alguien esperaba oír una noticia sobre alguien real con la sangre congelada, siento desilusionarle). El personaje al que me estoy refiriendo es Freeze, uno de los supervillanos de Batman. Quizá a muchos de vosotros no os suene (he de admitir que yo no soy un gran conocedor del universo de ficción del hombre murciélago), pero os diré que fue un villano que apareció en la película “Batman y Robin” (1997), donde fue interpretado por, nada más y nada menos, que el actual gobernador de California Arnold Schwarzenegger. Pero no es de la película del Gobernator de la que quiero hablar, sino de una serie animada de Batman que emiten actualmente en el canal de TV Clan, “The Batman”.

Hoy por la tarde, me senté un rato a ver la TV. Comencé a “zapear” y, cuando llegué al canal Clan, decidí entretenerme un momento con las aventuras de este justiciero nocturno de Gotham City. En el capitulo en cuestión aparecía ese tal Freeze, un hombre helado que tenía el poder de congelar las coas a capricho (algo muy similar a los poderes del personaje de Marvel , El Hombre de Hielo). El señor Freeze explicaba el origen de sus poderes contando cómo se quedó atrapado en una cámara criogénica y se le congeló la sangre de las venas. Y ahora es cuando empezamos a entrar en materia. ¿Qué ocurriría si se le congelara la sangre a alguien?

La sangre es una suspensión coloidal, esto es, una mezcla de dos fases: una sólida y otra líquida, y con predominio de la segunda sobre la primera (si fuera al revés, sería un gel). La fase sólida está formada por los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas, y la fase líquida por el plasma sanguíneo, del cual, el 90% es agua. Por tanto, el problema de la congelación de la sangre se reduce al problema de la congelación del agua. Pues bien, creo que es por todos conocido, que cuando el agua se congela aumenta de volumen. Esto se debe a que la densidad del hielo es menor que la del agua (es decir, para una misma masa, ocupa más volumen el hielo que el agua). El motivo de esta diferencia de densidad es que, mientras en el agua líquida las moléculas tienen una gran libertad de movimiento y un cierto caos estructural (aunque mucho menor que el vapor de agua), el hielo tiene una estructura cristalina, en la que los átomos se sitúan ordenadamente, quedando huecos entre ellos (mucho mayores que en la mayoría de los compuestos que, al solidificarse, suelen aumentar su densidad).

Hemos llegado entonces a la conclusión de que si la sangre se congela, tiene que aumentar de volumen. Este aumento de volumen provocaría (sobre todo en los pequeños capilares) la ruptura de los vasos sanguíneos. Teniendo en cuenta que estos están por todo el cuerpo…¡Pobre Sr. Freeze! Morirse desangrado sería su menor problema (si es que ésta última frase puede tener algún sentido), ya que casi todo su cuerpo se haría trizas por dentro.

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martes, 9 de agosto de 2011

Mamá, el chocolate se ha puesto blanco.


Todos hemos visto alguna vez como, tras un tiempo, la figura de chocolate que habíamos comprado con tanta ilusión y que nuestra madre no nos dejó comernos en un solo día, tornaba de un color blanquecino. Fue entonces cuando dijimos “¡Mamá, el chocolate se ha puesto Blanco!”, a lo que inmediatamente vino la terrible respuesta “Estará malo, hijo. Mejor tíralo.” Pero…¿Por qué cambió de color el chocolate? ¿Realmente estaba malo, es decir, se había empezado a pudrir? ¿Era necesario tirarlo? Vamos a verlo.


La grasa del cacao tiene una cierta peculiaridad bastante interesante, y es que las moléculas se apilan juntas de seis formas diferentes, designadas por los números romanos desde el I hasta el VI.  La industria chocolatera busca cristalizar el producto en la forma V, pues su color negro brillante hace que ésta sea la modalidad más apetitosa. Este brillo se debe a que en el cacao de tipo V, la superficie está formada por pequeños cristales reflectantes. El problema es que la fase VI es más estable, con lo cual, con el tiempo, parte del chocolate V se acaba convirtiendo en chocolate VI, de forma que, sobre la superficie, aparece una capa de chocolate blancuzco, de aspecto mate.

En el chocolate con almendras (u otros frutos secos), esta capa blanca tarda muchísimo más tiempo en aparecer, ya que los frutos secos tienen un aceite que difunde hacia el interior del chocolate y lo disuelve levemente, volviendo a cristalizar como chocolate V.

Ya que estamos hablando del chocolate, es conveniente señalar que existe una gran cantidad de falsos mitos sobre este delicioso producto de las Américas. No es en absoluto cierto que el chocolate cause acné o colesterol, ya que está formado por ácidos grasos insaturados, como el esteárico y el palmítico, que, por cierto, son también los principales ácidos grasos del aceite de oliva, frecuentemente presente en la dieta mediterránea. Tampoco es cierto que el chocolate en sí mismo provoque caries, otra cosa es que habitualmente se vendan chocolates con altos contenidos en azúcares. Lo que sí parece cierto es su capacidad para hacernos ligeramente más felices, durante un breve periodo tras su ingesta (debido a la feniletilamina, uno de los compuestos químicos implicados en el amor), así como su capacidad como afrodisíaco.

Para terminar, quiero dejar claro que esa capa blancuzca que aparece sobre el chocolate, no tiene absolutamente nada que ver con el llamado chocolate blanco que, por cierto, no es realmente chocolate. Pero esa es otra historia…

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jueves, 4 de agosto de 2011

¿La Dietilami que? ¡Ah, sí! El LSD

El LSD es una droga psicodélica sintetizada por primera vez por el químico Albert Hoffman para ser usada en tratamientos psiquiatricos. LSD son las siglas de Dietilamida del ácido lisérgico, cuya fórmula es la siguiente:


El LSD fue sintetizado por primera vez el 16 de Noviembre de 1938 en los laboratorios Sandoz de Basiela (Suiza) durante la búsqueda de aplicaciones medicinales de determinadas sustancias presentes en el hongo Claviceps purpurea. Inicialmente se pensó en el LSD como un analéptico (un psicofármaco), pero ningún experimento en animales confirmó esta teoría. En 1943 Hoffman volvió a trabajar en el LSD, y fue entonces cuando, accidentalmente, tocó un poco del producto con los dedos. Inmediatamente comenzó a sentirse mal, así que se fue a su casa. Allí empezó a sentir un estado de “embiraguez no desagradable” y comenzó a alucinar. Tres días después tomó una dosis mucho mayor (a propósito) que le obligó a llamar al médico, el cual sólo pudo encontrar como síntoma la extremada dilatación de las pupilas.


Pupilas dilatadas por el efecto del LSD

Actualmente el LSD es una droga ilegal, cuyo uso para tratamiento médico no está permitido. No obstante, es una droga bastante atípica, ya que ni provoca adicción (debido a una gran rapidez del organismo para desarrollar tolerancia al fármaco) ni da lugar a “resaca”.

Químicamente hablando, el LSD es una amida secundaria, que presenta además deslocalización por resonancia, con lo que será una molécula muy estable. Es un sólido blanco, soluble en disolventes orgánicos pero insoluble en agua.

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